-

[DESAPARECE AQUÍ]

domingo, 28 de mayo de 2017

Violencia pop, parte II.

He aquí otro personaje de nuestro insólito universo académico: José Ángel Lucena. Es un sociólogo imaginado, un personaje ficticio que sirve para retratar a los intelectuales que vivieron y gozaron una bola con el auge del chavismo. Ídolos a lo interno de los claustros universitarios, vitoreados al final de cada asamblea, rockstars de las ciencias sociales venezolanas. Descubridores de palabras impronunciables, rebeldes a los horarios de aula, transgresores de cualquier signo institucional. También, por qué no, hermeneutas de la destrucción. 

Algunos han reajustado un poco el discurso, otros permanecen fieles al ideal revolucionario. Ilustrados y oportunistas, siempre a la altura de la circunstancia.



2009
Fragmentos recogidos del derecho de palabra del sociólogo José Ángel Lucena.
Asamblea: “1x1x1: el fin de la burocracia universitaria”.
Escuela de Sociología de la UCV. Caracas, Venezuela.


“La realidad de la universidad venezolana ha de cambiar. No es posible mantener las condiciones que la sostienen, ni es posible mantener las aberrantes cadenas que nos mantienen unidos a una retrograda racionalidad burocrática.”

(…)

“Si bien es cierto que las promesas de occidente lucen seductoras, también es verdad que hay otras grandes verdades. La nuestra es una que debe y merece ser vivida, pensada desde nuestros parámetros de cognición particular.

Y fíjense algo, hago la crítica a occidente considerándome y considerándonos ante todo como individuaciones del proyecto euro-centrado. Nada nuevo con relación a ello; sin embargo, nuestra propuesta siempre ha sido la de aperturar, la de abrir ese espacio de exégesis que se nos permite a partir de la última gran práctica ilustrada: la democracia.”

(…)

“En efecto, criticamos la modernidad y a Occidente considerándonos existencias atrapadas y amalgamadas a la cadena de producción capitalista. Por más que luchemos, y debido a nuestra ubicación geopolítica, aún tendremos un nexo con Occidente y sus formalismos.

En ese sentido podemos traer a colación una verdad que la derecha jamás admitirá: nosotros elegimos rescatar a la democracia, no como formalismo o procedimiento, tampoco como delegación de tareas, sino como participación activa del pueblo en su que-hacer político, histórico, cultural y estético.”

(…)

“El gen maligno de Occidente en nuestro caso se manifiesta por la vía burocrática. En el caso específico de la universidad venezolana la burocracia funciona como privación democrática. La institución se niega a reformularse en beneficio de los intereses de ciertas élites académicas y económicas.

No es una sorpresa, entonces, descubrir el talante anti-democrático de la universidad venezolana. Por medios de sus instituciones y sus profesionales se encarga de negar la posibilidad de participación activa de todos y todas."

(…)

"Nosotros buscamos un espacio para la emancipación.

Emancipación en el sentido de que todos y todas nos veamos en la capacidad real de velar por nuestras vidas, discernir si las decisiones que tomamos son correspondientes a la episteme de nuestra particularidad histórica.

La tarea es precisamente no delegar nuestras vidas, no entregar a los movimientos sociales al vacuo contenido de los profesionales de las instituciones no sólo de la universidad sino del Estado como un todo.”

(…)

“Desde el proyecto comunal que se ha venido discutiendo durante el último año se avizora dicha posibilidad. Romper con la hegemonía del capital, revertir la tendencia, ir en consonancia con el sentir de las estéticas de nuestra región, empoderar al pueblo en la  toma de decisiones, que el poder fluya de abajo hacia arriba, todas grandes tareas y logros que distinguen el ethos de nuestra última década.”

(…)

“La universidad no puede permanecer ciega ante los cambios del mundo.

Debe aperturarse, iniciar este proceso de democratización radical del que ya está siendo participe la población venezolana. Veamos el ejemplo de las liberaciones (pues son varias) que se dan a través del andamiaje de los Consejos Comunales: es ahí donde subyace la verdadera y genuina práctica emancipadora de un pueblo concientizado consigo mismo y con su historia.”

(…)

“La nuestra no es una propuesta política en ese sentido, sino un imperativo ético que demanda la liberación del individuo de la dominación capitalista que aún pervive en la universidad venezolana de nuestros días.”

(…)

“Con el fin de la burocracia, del capitalismo y el nexo cuasi-colonial que se mantiene, iniciamos un nuevo periodo histórico de auge progresista y de independencia nacional. Ahora todos disfrutamos de los beneficios de la renta petrolera, que ya no forma parte de una práctica populista de asistencialismo social manejada por grupúsculos entreguistas, sino que ahora pasa a  ser una herramienta de ascenso social de todas y cada una de las personas que conforman a la nación.”

(…)

“En nuestro caso específico, debemos abogar por un pensamiento académico liberado de su actual flagelo corporativista. La democracia y la participación deben ser nuestras banderas.

Es por ello que reiteramos nuestra consigna como una invitación a repensar las relaciones de dominación a las que nos vemos sujetos. Sólo un pueblo libre de dominación y manipulación, consciente de sí mismo y dispuesto a dar la lucha por la revolución puede salvarse a sí mismo.”

(Aplausos)



2017
Fragmentos de entrevista realizada al sociólogo José Ángel Lucena.
Título: “Sociólogo venezolano defiende legitimidad de Constituyente Comunal.”
CLACSO. Buenos Aires, Argentina.


“No puede negarse la crisis que vive Venezuela.

Evidentemente el proceso iniciado con Hugo Chávez jamás contó con características propias de un modelo de sociedad comunal: hubo algunos atisbos, ciertos acercamientos, pero al final las desviaciones terminaron absorbiendo la transformación que se estaba dando a lo interno del país.

Dicho esto vale la pena recalcar que la Guerra Económica y el agotamiento del modelo rentista han sido las principales causas de la crisis. A ambas fuerzas debemos las bajas que, momentáneamente, afectan el campo revolucionario.”

(…)

“Es por ello que el Proceso Constituyente Comunal es un espacio necesario. Sabemos que es desechado por todos aquellos que quieren ver al país en llamas, pero hay que ver también su potencialidad para devolver la paz al país. Puede tanto eliminar la posibilidad latente del intervencionismo internacional como estabilizar el marco institucional.”

(…)

“La oposición quiere vender la Constituyente como un artilugio anti-democrático, pero fíjense una cosa: en una realidad tan convulsionada como la nuestra, someter el proyecto comunal a un leguleyo electoral puede complicar los escenarios de asistencia y justicia social, equidad territorial, soberanía nacional, entre otros.

Hay que tomar en cuenta, entonces, que los formalismos burgueses de la derecha pueden hacer peligrar al proceso revolucionario. Y ante eso hay que estar atentos.”

(…)

“Es por eso que apelamos a un cuerpo de delegados de diversas ramas. Suya es la tarea de velar por el futuro de la revolución, repensar el marco institucional, evaluar el agotamiento del modelo rentista, revisar las posibilidades del socialismo en el nuevo escenario de post-progresismo y de advenimiento del modelo neo-conservador de derecha.”

(…)

“No es negar el derecho de las personas a sufragar, es adecuar su elección por medio de una vanguardia formada para salvaguardar los logros e intereses de la clase obrera. No se deroga la emancipación, sólo se busca una interpretación ajustada a las exigencias de este periodo histórico que actualmente vivimos.

Se busca de esa manera la lectura de determinados sectores representativos de la sociedad, una intermediación que asegure un diálogo no-violento sobre el devenir de nuestro país.

Todo en el marco de la institucionalidad que bien han explicados las colegas del Consejo Nacional Electoral.”

(…)

“Tendríamos que pensar esta situación en el contexto de la figura de Chávez, ¿qué sería de nosotros sin él? ¿Dónde estaría la izquierda sin su empuje, sin su ímpetu? Seguramente en la nada, seguramente en el marasmo a donde arrojaríamos al pueblo si eligiésemos no acompañarlo en esta terrible crisis.”

(…)

“Toca purgar a la sociedad de quienes la someten al terror de la violencia. Dar la batalla final y derrotar a la derecha recalcitrante que nos amenaza día a día. Dicha tarea no puede ser dejada al azar, ni ser objeto de un análisis pequeño-burgués. Los sectores vivos de la sociedad deben atender la convocatoria.”

(…)

“Es necesario dialogar, socializar y acompañar las aspiraciones de todas esas personas que quieren que el país vuelva al sendero de la paz y el entendimiento. Porque el pueblo no ha olvidado todo lo aprendido y adquirido durante el proceso. No obstante, es necesario que el cambio paradigmático que estamos a punto de dar sea acompañado por los más capacitados, por los representantes del genuino y verdadero sentir popular.”

(…)


“Sólo los intelectuales y el Estado pueden salvar a la sociedad. Salvarla, sí, inclusive de sí misma…”

miércoles, 10 de mayo de 2017

Infierno.

Venezuela, 2017

Nos dispersan. No veo a los míos. El gas escarba en mis fosas nasales, hace su camino en la desesperación. Sonido de motos, una horda se aproxima. El corazón se acelera, perdemos la cordura. Unos atacan, otros huimos. La respiración no me da, corro sin destino. Calles famélicas, rostros de horror, el gas me persigue y atormenta mi visión. Se aproxima el vacío. Ejecuciones sumarias, robos, delincuencia, desnutrición, asesinatos, represión. Oscuridad.

Postes sin luz. Avenidas desiertas. Alcantarillas al aire, paredes desahuciadas, el pavimento hecho añicos. Seguimos corriendo, somos cada vez menos. No sé si han sido atrapados, si han caído abatidos. Busco a mis amigos; el gas me afecta en el peor momento. Hay una luz. Intento discernir en el caos. Explosión. Motorizados. Parrilleros. Apuntan, disparan… infierno.

Aprieto mi mandíbula. El impacto: a quemarropa, frío y punzante en la costilla. Nada tan terrible como la certeza de la herida que desangra. Caigo. Cada bocanada me cuesta la vida misma. La horda retrocede, la multitud me socorre y aún así la muerte me arropa. Ambulancias. Sirenas. Luces que vienen y van, destellos de muerte. Temor. Pánico… Miedo a morir en este sin-sentido tan rotundo.

No estoy solo: hay hoyos en la cabeza y vísceras en el suelo. Cadáveres. Cráneos triturados, ojos perdidos, pulmones perforados, seres arruinados, familias devastadas. Respirar. Inhala, exhala. Hedor. Tensión. Putrefacción. La tensión baja, la levedad aumenta.

Calma. Silencio. Mute y el zapping de toda una vida, mi vida.

Una camilla, un pasillo alargado y caras de preocupación. No hace falta anestesia, no siento nada. Perforan mi piel, la carne se abre lentamente. No hay casi sangre en este despojo, pero la bala sale de su escondite. La remueven, y aún así  las caras permanecen en suspenso.

Hay llanto. Impotencia. Más calma, silencio total. Descanso. Todos horrorizados a mí alrededor. Casi duermo… casi muerto.