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miércoles, 9 de agosto de 2017

Pardo, Isaac J. en Ramírez Ribes, M. (1999): El otoño luminoso de Isaac J. Pardo, páginas 24-25, Monte Ávila Editores Latinoamericana, Venezuela.

"En París estaba también desterrado Rómulo Gallegos; pertenecía al núcleo de los venezolanos que estudiábamos. Nos reuníamos y nos preguntábamos: «¿Qué debemos hacer nosotros por el porvenir de Venezuela?» Discutíamos el asunto, lo conversábamos. Después Gallegos se fue para Madrid, donde le ofrecieron un empleo de vendedor de máquinas registradoras National. Cuando yo fui a Madrid a hacer el doctorado, me reuní con los estudiantes venezolanos que estaban allá y seguíamos con las reuniones. Gallegos era nuestro orientador. Nos tocó vivir la República, lo cual nos entusiasmó muchísimo. Yo llegué con Alfonso XIII y salí de España bien entrada la Guerra Civil.

                Una de las conclusiones a las que llegamos en ese grupo de Gallegos era olvidarnos de los alzamientos, olvidarnos de las armas. No era por las armas que había que modificar a Venezuela. El problema de Venezuela iba más allá del derrocamiento de Juan Vicente Gómez. El problema era adquirir la máxima capacitación para servir a Venezuela. Lo que podía unificar a Venezuela era la capacitación. Decidimos dar entonces todo lo que estuviera a nuestro alcance dentro de nuestra capacidad. Ésa era la doctrina central del grupo y eso fue lo que me hizo cambiar de rumbo. Por eso sacrifiqué mi tendencia a la cirugía para dedicarme a la tuberculosis. Hice todo lo posible por hacerme una formación sólida."

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