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Fue
hacia 2006 cuando comencé a internalizar quienes escribieron De Música Ligera, esa canción que no
faltaba jamás a ninguna fiesta, hora loca o emisión radial nocturna. De Música Ligera siempre fueron palabras
vacías que repetíamos hasta el hastío sin jamás interrogarnos que se escondía
detrás de 3 minutos con 33 segundos.
Por supuesto, lo que se esconde detrás de esta canción,
que en lo particular ya no escucho, es la trayectoria de una de las mejores
agrupaciones musicales de la historia. Se escondía detrás de la banalidad de De Música Ligera esa suerte de extraña
consecución musical que a lo largo de su vida Gustavo Cerati concretó: una
imagen que parte desde el anclaje con los 80s y culmina con la mayor libertad
de apertura hacia infinidad de sonidos posible. Soda Stereo a mi entender es
eso, libertad de creación, sonidos que absorben y composición seductora. Pues
si de algo jamás nos podremos quejar es de la amplia gama de temas tratados por
Gustavo tanto en su estancia con Soda como en su carrera solista.
Además de esto tenemos que el espíritu de su música es
uno de alegría, reflexión, melancolía y de vida plena. Comentaba hace algunos
días que la música de Soda y de Gustavo servía para cualquier situación menos
para molestarse o andar de malhumor; vaya usted a encontrar semejante herencia
en conjunción con la extensa carrera discográfica de quien hablamos.
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Para mi Soda Stereo es el soundtrack de mi adolescencia.
Quizá porque (IMAGENESRETRO) fue para esa época donde asistí a las fiestas
mencionadas arriba o también porque para esos años Soda Stereo se reunió para
su gira de reencuentro. Casi por inercia mi hermano y yo decidimos ir a ese
concierto en el Hipódromo La Rinconada, pues ni la discografía conocíamos ni
teníamos mayor idea de lo que significaba Gustavo Cerati para la música
latinoamericana.
Fue mi primer concierto y ahora que lo veo en perspectiva
es muy poco lo que recuerdo. Quizá hayan sido unas 5 cosas las que mi memoria
conserva: la amplitud de la audiencia que iba desde niños de 10 años hasta
personas canosas; los videos de entrada que parecían sacados de la imaginación
de Peter Capusotto; (CLAROSCURO) la manera tan amanerada con la cual Zeta Bosio
bailaba; lo mucho que grité durante Persiana
Americana y Prófugos; mi hermano
gritando desaforado porque no se incluyó Ella
Uso Mi Cabeza Como Un Revolver en el set, entre muchos otros recuerdos que
a la mente no me vienen.
Ha sido una de las mejores noches de mi vida. Poder decir
que vi a Gustavo Cerati en vivo es una de esas cosas que por siempre diré con
orgullo. Asumo esa realidad como aquel afortunado que pueda decir que vio a Led
Zeppelin y a Pink Floyd en vivo. Así de grande para mi es Soda Stereo.
***
(LOQUESANGRA) Su último CD solista, Fuerza Natural, fue
el sonido que me acompañó en mi último año de bachillerato. Recuerdo como mi
mejor amigo y yo nos debatimos sobre si ir o no al concierto de aquel 16 de
mayo del 2010. Infantilmente decidimos no ir a consecuencia de las excusas que
al día de hoy más lamento: ese CD, que no había escuchado completo, no me
convencía; van a tocar muchas canciones que desconocíamos; y la peor de todas
las excusas: es Cerati, algún día vendrá de nuevo.
5 años después sabemos lo que sucedió. Cerati cayó en
desgracia, no sin antes dar un último regalo a nuestra ciudad. Ingratamente
supimos retribuir tal agasajo. (ENREMOLINOS) Pues como bien ha circulado esta
semana por las redes sabemos que Cerati no sucumbió al terminar el concierto.
Todo parece indicar que en nuestra tierra Cerati tuvo unas últimas horas
dolorosas en las cuales la mezquindad y la mala atención fueron el signo de las
últimas horas de vida consciente de Gustavo.
Era 2010 y el país ya estaba dejando morir a la gente. Ni
siquiera un rockstar como Gustavo Cerati pudo salvarse del barranco existencial
que vivimos hoy en día.
Fue horrible despertar al día siguiente y ver las
noticias. Muchos de nosotros en Caracas esperábamos que algún día Gustavo
Cerati despertara y se recuperara para
así continuar su carrera; muchos esperábamos conseguir esa máquina del tiempo
que nos llevara a reconsiderar la idea de no ir a aquel concierto. Tras lo
sucedido (ENTRECANIBALES) siento que con la misma contundencia y orgullo que
digo que asistí a un concierto de Soda Stereo también manifiesto mi
arrepentimiento y desdicha por no haber ido a la Universidad Simón Bolívar para
su verdadero último concierto.
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Ya se cumple un año que Gustavo nos dejó en cuerpo y alma
definitivamente. (DANZAROTA) Cuando me enteré de su muerte sentí alivio, su
estado físico tras 4 años en coma debía ser deplorable. Su recuperación
sabíamos era una ilusión y lo mejor en su situación era dejar el mundo de la
manera que lo hizo: siendo el más grande músico del rock latinoamericano.
Sabemos por su música y por lo que sentimos cuando la
escuchamos que la obra de Cerati será una que a lo largo de la historia servirá
de referencia. Sea como lo es en mi caso a partir de lo anecdótico y de lo
plenamente vivencial como lo pueda ser en el caso de otro músico o de cualquier
persona que necesite escuchar su música para encontrar un sitio de partida.
(ESTOYAZULADO) Pues eso es lo que es Cerati a mi entender, el sitio en el cual
camino para encontrarme con la persona que fui para aquellos días donde Soda
Stereo era la mejor agrupación del planeta, como el sonido que me lleva a
varios recuerdos donde el ocio, la amistad, el amor y la libertad eran la fórmula
perfecta para darle sentido a las letras que nos regaló Gustavo a lo largo de
su carrera musical.
No soy (TOMALARUTA) ningún experto en música ni mucho
menos. Tampoco creo que haga falta serlo para reconocer la buena música y a los
grandes músico. Gustavo fue lo segundo y concretó lo primero. No creo que vaya
a haber alguien tan completo y tan agudo como Gustavo. Siempre es un buen
momento para descubrir su música y explorar el mundo a partir de ella. Siempre
es hoy.
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